Reacciones de chica un poco loca

o acortando, zumbada. Muchas de las vomiteras textuales que suelo tener acaban en un slam privado cibernético del que soy dueña, pero este, éste tiene algo importante dentro de él, algo revelador de lo que suele ser mi vida, algo...algo que acabaré ocultando porque ni siquiera mis palabras son fieles de lo que pienso en el momento, sino del momento de antes o del momento anterior, nunca se corresponderán con el pensamiento instántaneo de la declaración o el fragmento, nunca representarán el instante preciso donde alcanzo realmente la claridad hacia la que quiero encaminar mis palabras. 
Le temí a los espejos hace tanto...le temí tanto que procuro no mirarlos más de 2 vidas, o vida y media si me apuras, tan sólo lo necesario para reconocerme lo justo y rápidamente bajar la mirada ante mi, desnuda o no, muerta o viva, sonriente o apática....

Es tristeza pura lo que muestro ahora, es lágrima tras lágrima que nunca derramaré, es llorar por lo que no se va a llorar, odiar las despedidas una tarde, y ante ellas, comportarse como una auténtica botella de horchata. 
Es llorar por la cercanía y la distancia, por la sublimación y la complicidad sin dueño, por las miradas que se pierden entre bromas de deleznable calidad...
Quiero dormir eternamente durante dos días.
Y sin contar todo aquello que busco, y que sé que jamás, voy a alcanzar con la facilidad que otros los rozan con los dedos de los pies y de las manos todos los días.

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