Y ahora, qué?





Quedan ahora su Omega, su Pablo de Málaga, su Estrella... Pocas veces he confesado que tenga tanta debilidad por el flamenco, y menos por el flamenco fusión, tal vez porque a otros ojos puedo parecer una persona que desconoce por completo el género o porque a otros ojos, puedo excederme en la modernez que hoy impera en todos lados. 
Sin embargo, con Morente, con Enrique Morente, al que más de una vez lo he visto bajando por la Calderería, le daba igual todo esto, estoy segura, jamás le habría importado que el resto del mundo escuchase sus canciones, o que alguien alardease de escucharlo, más bien, se preguntaría que cómo eso era posible, que no era tan famoso y que posiblmente la humanidad que le gustaba poner en sus discos residía precisamente en intentar no dárselas de listo, porque además, eso en Granada y siendo del Albaicín, no tiene cabida. 

Yo soy una más que lo conocí con el disco ''Omega'' el famoso disco que grabó con Lagartija Nick hace ya más de 10 años; bueno, un disco, es lo que viene siendo una nueva forma de escuchar música, de esa que tienes que aprender para escucharla; es ese tipo de sonidos que cuando los entiendes, y duermes con ellos, acaban por hacerse parte de tus oídos y banda sonora de tus momentos, no es una música normal, Enrique Morente, con la normalidad que reinaba en su obra, se salió del plato siempre que quiso, y se volvía a meter, y volvía salir, y volvía a meterse...
Hoy después de venir del teatro, de ver el velatorio, volvía en el autobús hacia mi casa, cruzando el río a las 4 de la tarde , que es cuando más sol pica el Genil y cuando más ruido hacen las personas.

Todo era silencio absoluto, el conductor no tenía puesta la radio, nadie levantaba los ojos del río, y nadie se miraba a la cara. Quiero pensar que todo ha sido casualidad y no es, que Granada se ha muerto un poco más hoy, junto a Morente. 

No voy a despedirlo como Maestro, porque en una entrevista, dijo que no le gustaba que le dijesen maestro porque él era el que menos sabía de todos, la mejor manera creo que es pensando que ahora, en las Campanas de la Catedral, sigue reverberando su voz, subrayando los sonidos de éstas y humanizando un poco más una simple campanada

En Granada, hay una palabra preciosa por lo chiquita que es y por lo tierna que suena cuando de verdad sientes pena por alguien, porque sabes que lo ha pasado mal o ha sufrido: Pobretico


Es lo que más he oído...y cada vez que la escucho, se me escapa una lágrima más.
Audio: http://www.youtube.com/watch?v=gqwjjgDIkfE
Este vals, este vals, este vals, este vals, de sí, de muerte y de coñac...!

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